Macri puso primera en Santa Cruz y mañana visita a Jair Bolsonaro

Después de 23 días de vacaciones y puesto en modo campaña electoral, el presidente Mauricio Macri retomó ayer la actividad oficial con visitas a Tierra del Fuego y a Santa Cruz, las primeras que hace a esas provincias gobernadas por la oposición peronista desde que llegó al gobierno, hace más de tres años.



El mensaje presidencial se adecuó a cada escenario. Conciliador y por demás amable, en su discurso ante la mandataria santacruceña, Alicia Kirchner, enfatizó en cuatro ocasiones, en un discurso de ocho minutos, sus coincidencias con la hermana de Néstor Kirchner y cuñada de la expresidenta Cristina Fernández: “Como decía la gobernadora...”.

También llamó a gobernar en conjunto pese a las diferencias: “En las elecciones, uno va, debate sus ideas, sus propuestas. Pero al día siguiente todos tenemos que estar tirando en la misma dirección. Y hoy hay muchas cosas que tenemos que resolver, muchas trabas”. Y hasta se permitió una humorada galante hacia la gobernadora (“tuvo la delicadeza de parar el viento ante mi llegada”), después de ufanarse de entrada de sus primeras visitas a ambas provincias, “con lo que termino de recorrer todo el país”.

Ninguna referencia, en cambio, a la “herencia” recibida de los gobiernos kirchneristas, lo que es habitualmente parte medular de todo discurso de Macri. Tampoco a las obras públicas como sinónimo de corrupción, desde que saltó “la causa de los cuadernos” en la que la expresidenta está procesada por el juez federal Claudio Bonadio como presunta jefa de una supuesta asociación ilícita.

Macri se limitó a ratificar que el gobierno de Cambiemos “vino a transformar la Argentina de raíz y para siempre”. “Somos millones de argentinos que decidimos mirar al largo plazo. Sabemos que los cambios estructurales no se hacen de un día para el otro”, dijo.

La cordialidad también marcó el comportamiento de la gobernadora, que recibió al Presidente con una caja de cerezas de exportación y otra de carne de guanaco como presentes. Todo durante la visita conjunta que hicieron a la represa hidroeléctrica Cóndor Cliff, a 130 kilómetros de Calafate, que construye una empresa china, al igual que La Barrancosa, antes denominadas “Presidente Kirchner” y “Gobernador Jorge Cepernic” por el gobierno de Cristina. Ambas represas generarán electricidad para 1,5 millones de hogares.

Desde la primera fila del auditorio, entre otros, estuvo el senador nacional santacruceño Eduardo Costa, un radical acérrimo adversario de los Kirchner en la provincia y aspirante por Cambiemos a terminar con tres décadas de hegemonía peronista.

Costa viene de sufrir un revés judicial: la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó tratar su pedido de derogación de la ley de lemas en Santa Cruz, que en 2015 le permitió ganar a Alicia Kirchner como el lema más votado del PJ, cuando Costa había sido el candidato más votado.
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