Glaucoma: Pese a los esfuerzos, aumenta la cantidad de ciegos

Lo indicó el doctor Juan Sampaolesi, médico especialista en la enfermedad que afecta el campo visual. La mayoría de las personas que la padecen no lo saben. La importancia de los chequeos periódicos
El médico especialista en glaucoma, el doctor Juan Sampaolesi, aseguró que el número de ciegos a nivel mundial sigue en aumento, pese a los múltiples esfuerzos que se están realizando para evitarlo. En “La Entrevista del Domingo” de PUNTAL, el reconocido oftalmólogo dijo que una de las causas principales de esta situación es que las personas viven más años que antes. Además, recordó que el glaucoma es una patología silenciosa y habló sobre la necesidad de someterse a controles de manera periódica.

-¿Qué cuestiones se pueden decir respecto al glaucoma?
-Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible a nivel mundial. El segundo punto es que, por lo general, no da síntomas. Es una enfermedad silente (silenciosa). Otro dato importante es que, en los países desarrollados, el 50% de las personas que padecen glaucoma no está diagnosticado. Por carácter transitivo, en nuestro país se estima que entre el 60 y el 70 por ciento de los afectados lo desconoce. Es decir, lo sufre, pero no lo sabe. Es un número muy alto.

-¿Qué es lo que causa el glaucoma?
-Básicamente, la causa del glaucoma es el aumento de la presión intraocular. Ese incremento de la presión no da síntomas, pero produce un daño en el nervio óptico que, cuando es muy avanzado, genera una disminución en el campo visual, es decir, en lo que vemos. Si un paciente sufre maculopatía, empieza a ver una mancha en el centro del campo visual. Si sufre un desprendimiento de retina, aparece un telón. Sin embargo, el glaucoma es una patología engañosa porque la pérdida del campo visual empieza desde la periferia hacia el centro. De esta manera, la persona va perdiendo el campo visual a los costados, arriba y abajo y no se da cuenta hasta que siente afectada la visión central. Entonces, cuando la visión central se afecta, ya es demasiado tarde.

-Ante la ausencia de síntomas, ¿lo mejor es hacerse un chequeo preventivo?
-El glaucoma afecta a toda la población. Es decir, alcanza a bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y a ancianos. Entonces, lo que se hace es un chequeo ante el nacimiento para ver que el bebé no tenga un glaucoma congénito. Después, los chequeos deben hacerse cuando los chicos están en la escuela primaria y también en la secundaria. Lo más común es que el glaucoma se detecte cuando a las personas les empieza a surgir la presbicia, cuando tienen alrededor de 40 años. Es decir, las personas empiezan a ver mal de cerca y van al oftalmólogo para que les recete anteojos. En ese momento, es fundamental que el profesional les tome la presión ocular y que les haga el fondo de ojos. Ambos mecanismos permiten detectar la presencia de glaucoma.

-De esta manera, ¿hasta los 40 años hay que quedarse tranquilo?
-Se recomienda que toda persona normal, es decir, que no tenga inconvenientes manifiestos, concurra a un chequeo oftalmológico cada 2 y 5 años. En general, los glaucomas se detectan tarde porque los pacientes no se han hecho un chequeo oftalmológico.

-¿Hay algún comportamiento humano que genere mayores condiciones para que se produzca un glaucoma?
-No. Básicamente, se puede establecer una subdivisión muy grosera en los tipos de glaucoma. Está el de ángulo estrecho y el de ángulo abierto. Uno de los disparadores de los glaucomas de ángulo abierto es el consumo de corticoides. También puede aparecer por algún tipo de traumatismo. En cambio, el glaucoma de ángulo estrecho se da, generalmente, por una predisposición genética. Éstos últimos son menos frecuentes, pero son mucho más agresivos que los primeros. Los de ángulo estrecho son más sintomatológicos que los de ángulo abierto, ya que pueden generar cefalea, vómitos y visión borrosa.

-¿En qué avanzó la ciencia en cuanto a la detección del glaucoma?
-Se ha avanzado mucho. La toma de la presión ocular antes se hacía con gotitas y anestesia, hoy se hace con un sistema que permite hacer una medición mientras el paciente, sea cual sea su edad, está despierto. Es un proceso mucho más sencillo. Los campos visuales que antes se hacían en media hora, hoy se realizan en unos dos o tres minutos en la misma consulta médica. De esta manera, los tres bastiones para el diagnóstico del glaucoma son: la toma de presión ocular, el fondo de ojos y la medición del campo visual. En 15 minutos se puede tener un diagnóstico completo.

-¿Qué sucede con los tratamientos?
-A nivel terapéutico tenemos tres niveles. El primer paso se hace con gotas, existen cinco medicaciones que andan muy bien para bajar la presión. El segundo paso es un tratamiento láser, que permite bajar la presión casi del mismo modo que una cirugía. En este caso, si el diagnóstico es precoz, el tratamiento es más que suficiente. Asimismo, existe un tercer paso que es la intervención quirúrgica. Si bien no se recupera la visión perdida, la intervención permite que no se siga perdiendo. Es decir, se logra estabilizar el daño. En muchos países desarrollados se pasó a aplicar directamente el tratamiento láser en primera instancia. De esta forma, hay personas que en vez de utilizar dos o tres gotas diarias, prefieren ir al láser y tener una mejor calidad de vida.

-¿Existe una mayor conciencia sobre la necesidad de someterse a tratamientos preventivos?
-En Europa los controles se realizan por ley. Acá todavía no se ha creado una conciencia de control, ni siquiera en aquellas personas que ya saben que tienen la enfermedad. Hay un alto índice de sujetos sin conciencia de la enfermedad. En general, el control es bastante malo. Hace unos años, en San Pablo (Brasil), se hizo una estadística sobre las consultas privadas y el 90 por ciento de los consultados no sabía qué era el glaucoma y por qué se lo trataba teniendo la enfermedad.

-¿Hay buenos tratamientos en el sistema de salud público?
-Nosotros trabajamos, fundamentalmente, en la formación de los jóvenes. Hace poco hicimos una diplomatura internacional y si bien vinieron personas de distintas partes del mundo, muchos de los asistentes son de Argentina. La idea es formar a los médicos jóvenes para que, justamente, en cualquier hospital, cosa que generalmente sucede, exista un departamento especializado en glaucoma que cuente con todos los elementos necesarios para hacer los diagnósticos, tomar la presión, analizar el nervio óptico y el campo visual. El láser no es una terapia que se dé tanto en el hospital público, pero sí se aplican gotas y se realizan cirugías.

-¿Son costosos los tratamientos?
-Sí, pero en el hospital público se hacen diagnósticos y se realizan tratamientos. Por lo tanto, todo el mundo debe tener acceso a los distintos métodos para abordar la enfermedad.

-¿Hay enfermedades visuales que se generen por algún mal hábito diario personal?
-En lo referido al glaucoma no. En cuanto a la maculopatía sí. Por ejemplo, es importante evitar el exceso de alcohol, la exposición al sol y el tabaquismo.

-¿Es elevado el nivel de personas afectadas por maculopatía (enfermedad que afecta la mácula, la parte central de la retina, generando pérdida de la visión central)?
-Sí. La maculopatía, como los trastornos de retina en general, da sintomatología. El paciente empieza a ver mal en el centro y acude más rápidamente a la consulta. Esta enfermedad se trata con inyecciones que se han desarrollado en la última década. Este avance ha hecho que lo que antes era difícil de tratar hoy pueda tener un buen nivel de restitución. Si se diagnostica a tiempo, puede volverse a la normalidad con el uso de esta nueva medicación.

-El uso intensivo de las pantallas de computadoras y celulares, ¿tiene un impacto negativo?
-En los adultos no, pero sí en los niños. Los chicos tienden a la miopización cuando hacen un uso prolongado de las pantallas, es decir, cuando las utilizan durante más de dos horas al día.

-¿En qué aspectos la ciencia todavía está atrasada?
-Básicamente, en los estudios genéticos. Es decir, los estudios genéticos podrían determinar en la familia quiénes son portadores y quiénes no. Eso posibilitaría hacer un diagnóstico precoz en cuanto al glaucoma.

-¿El glaucoma es hereditario?
-Sí, hay situaciones que se heredan. Por eso es importante que los familiares de una persona con glaucoma se hagan los estudios para corroborar si tienen la enfermedad o no.

-¿Cuál es la situación del astigmatismo y la miopía?
-Ambas situaciones se tratan muy bien. El avance tecnológico que se ha producido es realmente fuera de serie. Sin embargo, es importante decir que miopía, astigmatismo e hipermetropía no son enfermedades. Es decir, son vicios de refracción, por lo que se corrigen más fácilmente.

-Ante las descripciones que ha hecho, ¿se puede decir que la mayor preocupación de los oftalmólogos pasa por el glaucoma?
-Sí. La cantidad de ciegos a nivel mundial sigue aumentando, pese a todos los esfuerzos que se hacen. Esto tiene que ver, entre otras cuestiones, porque las personas viven más años que antes. Es decir, antes, la gente vivía hasta los 40 o 60 años. Ahora, el promedio de vida para un hombre en Argentina es de 85 años. A mayor edad, mayores son las posibilidades de tener glaucoma.

-¿Cualquier oftalmólogo está en condiciones de diagnosticar un glaucoma?
-Sí, cualquier oftalmólogo debería estar capacitado. La realidad es que muchos no toman la presión y no ven el fondo de ojos porque atienden sus consultas muy rápidamente. Es importante que el oftalmólogo haga un examen profundo para dar un diagnóstico certero. Una vez que eso sucede, es decir, una vez que la persona sabe que tiene glaucoma, puede recurrir a un especialista. En la provincia de Córdoba, tanto en la capital como en las ciudades del interior, hay muy buenos profesionales. Córdoba es una de las provincias con más adelantos en materia de tratamientos médicos, láser e intervenciones quirúrgicas.

PERFIL

El doctor Juan Sampaolesi es médico especialista en glaucoma. Estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Hizo su residencia en el Instituto de la Visión, una institución afiliada a la UBA y reconocida por el Ministerio de Salud de la Nación. Habla inglés, francés, alemán y lengua latina. A lo largo de los años ha realizado distintas capacitaciones en Alemania, Estados Unidos e Italia. Ha recibido múltiples premios y reconocimientos. Actualmente, atiende en Glaucoma Center, una clínica oftalmológica especializada en glaucoma ubicada en la ciudad de Buenos Aires.

Nicolás Cheetham
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