La detención, ayer por la mañana, del argentino Esteban Ibar Pérez Corradi en Foz de Iguazú, la ciudad de la Triple Frontera, por parte de la policía paraguaya y a partir de una investigación atribuida a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de la Argentina, promete agregar una nueva complicación a la expresidenta Cristina Fernández y a algunos de sus más encumbrados exfuncionarios, empezando por Aníbal Fernández, exministro del Interior y exjefe de Gabinete de los tres gobiernos K.
Pérez Corradi está procesado por la Justicia argentina como autor intelectual del asesinato, en 2008, de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Forza, dueño de un laboratorio, estaba sospechado de ser uno de los participantes en el negocio de la importación de efedrina para su reexportación a México. Algo en lo que competían con otro grupo.
Uno de los asesinos de Forza, Martín Lanatta, dijo que la orden de matar a Forza había sido de Aníbal Fernández y que él operaba, con aval de la Jefatura de Gabinete, en el Registro Nacional de Armas (Renar) para proveer armas.
En julio de 2014 otros exfuncionarios de Cristina Fernández también involucraron a Aníbal. Ante la Justicia, donde están procesados, el extitular del Sedronar, José Granero, acusado de facilitar la importación de cantidades insólitas de efedrina, acusó a Fernández de “desidia” en los controles cuando era ministro del Interior.
Ayer, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que está avanzado el pedido de extradición de Pérez Corradi, para que pueda aportar “datos valiosos”.
“Si Pérez Corradi tiene para aportar hacia arriba esperamos que lo haga. La ley del arrepentido depende de la persona y de la Justicia, porque este tipo de causa tiene que ver con el narcotráfico. Si puede apuntar hacia arriba, esperemos que lo haga”, señaló Bullrich. Y afirmó algo curioso, dijo que las autoridades paraguayas “tenían la decisión política de cambiar lo que había que cambiar para llegar a esta detención”.
El más buscado
Permaneció casi cuatro años prófugo en Paraguay.
Huyó en 2012, cuando se pidió su captura. Había empezado como empleado del Banco Nación y pasó a financiar operaciones de efedrina. Tiene sólo 38 años. Su esposa y dos hijos viven en Argentina. Al ser detenido en un departamento céntrico de Foz de Iguazú estaba con otra mujer y dos niños.
FUENTE: LA VOZ