Para juntar fondos, los bomberos de Cabrera elaboran 9 mil empanadas

Como hace 30 años, los voluntarios de esta ciuidad pusieron manos a la obra y junto a aspirantes, directivos y mujeres prepararon 380 kilos de carbonada. Armaron 750 docenas que vendieron entre los vecinos

General Cabrera.- Con la misma disciplina y organización para apagar un incendio, rescatar a una persona en un siniestro o progresar como institución, así los bomberos voluntarios de General Cabrera se dedican este fin de semana a elaborar alrededor de 9.000 empanadas que venden en su ciudad para juntar fondos y ayudar al mantenimiento de la institución.

El aroma de la carbonada se desprende desde el cuartel y atrapa a algún descuidado cabrerense que aún no encargó su docena. Desde el pasado jueves los directivos, bomberos voluntarios, integrantes de la subcomisión de mujeres y aspirantes vienen trabajando. Y el resultado ayer estaba a la vista: sobre grandes mesas se esparcían en tandas las 9 mil tapitas de empanadas, donde se distribuían los 380 kilogramos de carbonada, integrados por 180 kilos de carne, igual cantidad de cebolla, sal, condimentos varios, huevos y aceitunas. Todo está medido y cada unidad tiene el mismo contenido.

“En estos años hemos logrado la receta perfecta”, asegura Adrián Mellano, jefe del cuerpo activo.

Por su parte, Héctor Dulla, presidente de la comisión directiva, sentencia: “Las empanadas son el sello distintivo. Casi que es un patrimonio de bomberos por la calidad y cantidad que se hacen”.

Todos los vecinos colaboran comprando, porque saben del trabajo y el esfuerzo que la entidad entrega a beneficio de la comunidad. Esta iniciativa es una estrategia que a lo largo del tiempo ha servido para avanzar y suavizar los gruesos retrasos que se registran al momento de recibir los aportes del Estado, sobre los que ahora reina la incertidumbre ante la decisión del gobierno provincial de sacar la Ley del Fuego.

A su vez, esta institución sigue esperando la resolución de la Justicia en torno a la herencia que  “Jorge “Coco” Massobrio le dejó a esta institución, pero que por reclamos de sobrinos aún no ha podido disponer.

Durante toda la jornada del sábado y hoy se seguirá trabajando. Mientras ayer la tarea fue armado y empaquetado, hoy será el turno de hornear parte de las empanadas.

“Tres días de actividad seguidos te destruye, por eso hemos organizado turnos de cuatro horas para que los voluntarios descansen”, señaló Dulla. Son un centenar de voluntarios que se distribuyen en grupo de a 30 para llevar adelante cada paso de la elaboración de las empanadas.

Cada detalle está cuidado, y quien entra al cuartel debe pasar previamente por el vestidor a colocarse la cofia y un delantal. Luego higienizarse las manos y pasar al área de trabajo.

En el lugar están las mesas disponibles con las tapas distribuidas. En otro rincón dos voluntarios cortan los huevos, y las mujeres hacen lo propio con las aceitunas. Otro voluntario se encarga del “enharinado” de las mesas, luego siguen los que separan las tapitas y por último el armado.

Ayer, parte de todo lo elaborado fue vendido crudo, pero hoy los hornos se encienden y más de un hogar cabrerense tendrá sobre su mesa las empanadas de los bomberos horneadas y calientes para degustar.

“Felizmente hay muchísima gente trabajando. Desde las 8 de la mañana que entró el primer grupo. Es raro ver un evento de esta naturaleza, con tanta gente colaborando. Acá podés ver desde el presidente al lado del cadete, las mujeres de la subcomisión de damas con los bomberos del cuerpo activo. Es esto lo que de alguna forma nos distingue como institución”, detalla orgulloso Héctor Dulla. Al tiempo que agregó que ver este empuje y compromiso gratifica y hace soñar con cumplir grandes objetivos.

Sello distintivo

Cabe acotar que el cuartel de Bomberos ha mejorado sus móviles, adquirió nuevo equipamiento y renovó la indumentaria de sus voluntarios.

Desde hace 3 décadas las “empanadeadas” de esta institución son esperadas por los vecinos. Y tal lo recuerdan los voluntarios más antiguos, hubo años que se superaron las 1.200 docenas.

Adrián Mellano es el jefe del cuerpo activo y hace un alto en la actividad de “cocinero” para hablar con PUNTAL. A la vez está atento a cualquier llamada de emergencia que pueda ocurrir y obligue a salir presuroso.

“Realmente esto nos llena de satisfacción y orgullo, realmente es lindo trabajar de este modo. Todo esto para el bien de la comunidad. Son cosas que hay que ir haciendo. Hoy, como está la situación, en la que nos han cortado parte de los subsidios, necesitamos trabajar aún más”. En este punto se refirió a la suspensión de la Ley del Fuego, y aunque la Provincia anunció que el dinero llegará, aún ello no ocurrió.

En estos años de experiencia, parece no haber lugar para el error. Cada uno sabe su tarea y responde al jefe de turno.

Mellano dice que hay familias enteras que participan de la actividad. “Tenemos un chico que ingresó ahora, vinieron su madre, su padre y su hermano más chico a colaborar”, menciona a modo de ejemplo.

Y mientras la tarea continúa, el aroma de la carbonada se cuela para la calle y es la mejor publicidad para vender más docenas.

Víctor Machuca
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